* Urano, Neptuno y Plutón
Con los telescopios normales, Urano aparece como un pequeño disco verdoso. Su albedo es bastante elevado, lo que sugiere la existencia de una atmósfera con nubes similar a las de Júpiter y Saturno. El eje de rotación tiene una inclinación de casi 90º respecto al plano de su órbita. Por ello la duración del día y de la noche tiene gran variación a lo largo del año. En unas ocasiones el día y la noche duran poco más de diez horas en conjunto, mientras que en otras tienen duración mucho más prolongada.
Sobre Neptuno la información es bastante limitada. Parecería tener un albedo elevado, lo que indicaría la existencia de atmósfera con muchas nubes. De los planetas gigantes, es el más denso; por ello se estima una constitución predominante de elementos pesados, similar a la de la Tierra.
Por último, de Plutón se conoce menos aún. Es el planeta mas pequeño del Sistema Solar, y es considerado planeta enano. De acuerdo a la masa que se le calculó en base a las perturbaciones que produce en la órbita de Urano y Neptuno, se estima que tiene una densidad 60 veces superior a la del agua, aunque ese valor parezca increíble. Plutón tiene cuatro satélites, el mas grande de los cuales, llamado Caronte, es poco mas chico que el propio Plutón. Su órbita es muy exéntrica y al transitar por algún tramo de la misma, este planeta se posiciona mas próximo al Sol que Neptuno(1)
Con referencia a todos los elementos que componen el Sistema Solar, existe abundante información nueva, a partir de la última década de investigaciones de la NASA y el Servicio Geológico de U. S. A. Esa información es interesante consultar para quien desee abundar en detalles al respecto. En el último punto de este capítulo se citan al respecto las páginas web que pueden consultarse. A partir de ellas y merced a los vínculos allí presentados, se abre un enorme campo para recorrer en el conocimiento del Sistema Solar y del Universo conocido hasta hoy.
Sobre Neptuno la información es bastante limitada. Parecería tener un albedo elevado, lo que indicaría la existencia de atmósfera con muchas nubes. De los planetas gigantes, es el más denso; por ello se estima una constitución predominante de elementos pesados, similar a la de la Tierra.
Por último, de Plutón se conoce menos aún. Es el planeta mas pequeño del Sistema Solar, y es considerado planeta enano. De acuerdo a la masa que se le calculó en base a las perturbaciones que produce en la órbita de Urano y Neptuno, se estima que tiene una densidad 60 veces superior a la del agua, aunque ese valor parezca increíble. Plutón tiene cuatro satélites, el mas grande de los cuales, llamado Caronte, es poco mas chico que el propio Plutón. Su órbita es muy exéntrica y al transitar por algún tramo de la misma, este planeta se posiciona mas próximo al Sol que Neptuno(1)
Con referencia a todos los elementos que componen el Sistema Solar, existe abundante información nueva, a partir de la última década de investigaciones de la NASA y el Servicio Geológico de U. S. A. Esa información es interesante consultar para quien desee abundar en detalles al respecto. En el último punto de este capítulo se citan al respecto las páginas web que pueden consultarse. A partir de ellas y merced a los vínculos allí presentados, se abre un enorme campo para recorrer en el conocimiento del Sistema Solar y del Universo conocido hasta hoy.
Satélites, asteroides,
cometas y meteoritos
cometas y meteoritos
* Satélites
Además de los planetas, en el Sistema Solar existen otros cuerpos que giran en torno al Sol. Por cercano y vinculado a los procesos ambientales de la Tierra, el más conocido es el que denominamos Luna (figuras 60, 61 y 62), el cual es satélite de la Tierra.
Los satélites son cuerpos de constitución semejante a los planetas, pero que en lugar de tener órbitas propias alrededor del Sol, tienen órbitas alrededor de determinados planetas. Los planetas que denominamos menores, o terrestres, tienen pocos o ningún satélite. Por el contrario, el mayor número de satélites aparece en los planetas mayores, o gigantes.
De acuerdo a su movimiento, los satélites se clasifican en dos grupos: los satélites regulares y los satélites irregulares. Los primeros giran en torno a su planeta de modo directo (de Oeste a Este) y lo hacen sobre órbitas casi circulares y poco inclinadas con respecto al ecuador del planeta respectivo. Los segundos giran alrededor de sus planetas en órbitas elípticas alargadas, muy inclinadas con respecto al ecuador del planeta. A su vez el movimiento de estos satélites suele ser retrógrado (esto es, de Este a Oeste).
La mayoría de los satélites no son muy grandes, siendo sus diámetros generalmente del orden de algunos centenares de Km. De modo tal que la Luna es uno de los satélites más grandes del Sistema Solar, donde solo cuatro de ellos son más grandes que ella, e inclusive más grandes que el planeta Mercurio. Estos son Ganímedes y Calixto, de Júpiter; Titán, de Saturno y Tritón de Neptuno. Io y Europa, también de Júpiter, son un poco más chicos que la Luna.
Entre los satélites planetarios más pequeños históricamente conocidos, se encuentran los dos de Marte: Fobos, de dimensiones irregulares, con 27 × 22 × 18 km. y Deimos, también de forma muy irregular, con 15,0×12×10,4 km. de diámetros. En el caso de los satélites “tradicionales” de Júpiter (los doce conocidos antes de las sondas espaciales Cassini y Galileo), los seis más alejados tienen con diámetros oscilantes entre 20 y 50 Km. Recientemente las mencionadas sondas espaciales, han descubierto muchos más satélites orbitando los planetas gigantes, algunos de los cuales son aún más pequeños. Por otra parte y como veremos más adelante, estas sondas espaciales han descubierto satélites realmente diminutos, aunque no en torno a planetas, sino en torno a asteroides, como el caso del satélite Dáctil (figura 63), de apenas una milla de diámetro, girando en torno al asteroide Ida.
En cuanto a cantidad de satélites por planeta, la Luna es el único satélite de la Tierra y Júpiter cuenta el “record” absoluto de sesenta y tres satélites (reconocidos hasta ahora -año 2.005-). La mayoría de ellos son pequeñísimos, fueron descubiertos por las últimas sondas espaciales y aún no tienen nombre. Además de la Luna, el satélite planetario más conocido es el ya mencionado Ganímedes, quien. Este, junto con Io (figuras 64 y 65, Europa (figura 66) y Calixto, fueron descubiertos por Galileo y por ello se los conoce como Satélites de Galileo, o "galileanos." Otro de los satélites de Júpiter con nombre propio es Amaltea. Los demás satélites “tradicionales” de Júpiter son identificados por los números romanos VI a XII.
Saturno tiene treinta satélites con nombre propio, más uno descubierto el año pasado (2.003), aún sin nombre. Los más conocidos, por más antiguos, son: Jano, Mimas (figura 67), Encelado (figura 68), Tetis, Dione, Rhea, Titán, Temis, Hiperion, Japeto (figura 69) y Foebe (figura 70). Este último, de apenas 220 Km. de diámetro, fue recientemente fotografiado por la sonda espacial Cassini. Se estima que este puede haber sido un cometa del cinturón de cometas denominado Kuiper, ubicado más allá de Neptuno, capturado gravitatoriamente por este planeta en una de los pasajes del mismo por sus cercanías.
Urano por su parte tiene veintiún satélites con nombre propio y seis aún sin nombre. De ellos, los conocidos desde antiguo y por ello de nombre más familiar, son: Miranda (figura 71), Ariel, Umbriel y Oberón.
Neptuno tiene 13 satélites conocidos. A los dos clásicos, Tritón (figura 72) y Nereida, se le suman 6 descubiertos posteriormente, más cuatro descubiertos en el 2.002 y 1 descubierto en el 2.003. Por último Plutón, para el que hasta hace muy poco tiempo no se conocían satélites, ahora se ha encontrado un par de pequeños cuerpos en órbita a su alrededor, a uno de los cuales se ha llamado Charo, Charon, o Caronte (figura 44) (Con posterioridad a la confección de estos apuntes, fueron descubiertos dos satélites más, orbitando alrededor de Plutón)
Como mencionamos en párrafos previos, recientemente se ha conocido que la existencia de satélites no es exclusiva de los planetas. Cuando hace relativamente poco tiempo, la nave espacial Galileo pasó cerca del cinturón de asteroides existente entre Marte y Júpiter (ver punto siguiente), apareció la sorpresa: una magnífica fotografía del asteroide Ida, mostraba una pequeñísima luna (figura 63) a la que se llamó Dactil(3), orbitando a su alrededor. Luego de ello se descubrieron otros asteroides que también poseen sus respectivas pequeñas “lunas.”
Los satélites pequeños, como los de Marte, tienen forma muy irregular (2) y su superficie está totalmente impactada por meteoritos, como puede verse en Phoebe (figura 70) y en la mayoría de los asteroides (figura 63). Los satélites mayores, como la Luna, Ganímedes y Titán, tienen forma más o menos esférica como los planetas. Los dos últimos parecen presentar su superficie cubierta de escarcha. A propósito, sobre Titán existen pruebas de que posee atmósfera y es probable que también la tengan Ganímedes y Calixto, otro de los grandes satélites de Júpiter.
Además de los planetas, en el Sistema Solar existen otros cuerpos que giran en torno al Sol. Por cercano y vinculado a los procesos ambientales de la Tierra, el más conocido es el que denominamos Luna (figuras 60, 61 y 62), el cual es satélite de la Tierra.
Los satélites son cuerpos de constitución semejante a los planetas, pero que en lugar de tener órbitas propias alrededor del Sol, tienen órbitas alrededor de determinados planetas. Los planetas que denominamos menores, o terrestres, tienen pocos o ningún satélite. Por el contrario, el mayor número de satélites aparece en los planetas mayores, o gigantes.
De acuerdo a su movimiento, los satélites se clasifican en dos grupos: los satélites regulares y los satélites irregulares. Los primeros giran en torno a su planeta de modo directo (de Oeste a Este) y lo hacen sobre órbitas casi circulares y poco inclinadas con respecto al ecuador del planeta respectivo. Los segundos giran alrededor de sus planetas en órbitas elípticas alargadas, muy inclinadas con respecto al ecuador del planeta. A su vez el movimiento de estos satélites suele ser retrógrado (esto es, de Este a Oeste).
La mayoría de los satélites no son muy grandes, siendo sus diámetros generalmente del orden de algunos centenares de Km. De modo tal que la Luna es uno de los satélites más grandes del Sistema Solar, donde solo cuatro de ellos son más grandes que ella, e inclusive más grandes que el planeta Mercurio. Estos son Ganímedes y Calixto, de Júpiter; Titán, de Saturno y Tritón de Neptuno. Io y Europa, también de Júpiter, son un poco más chicos que la Luna.
Entre los satélites planetarios más pequeños históricamente conocidos, se encuentran los dos de Marte: Fobos, de dimensiones irregulares, con 27 × 22 × 18 km. y Deimos, también de forma muy irregular, con 15,0×12×10,4 km. de diámetros. En el caso de los satélites “tradicionales” de Júpiter (los doce conocidos antes de las sondas espaciales Cassini y Galileo), los seis más alejados tienen con diámetros oscilantes entre 20 y 50 Km. Recientemente las mencionadas sondas espaciales, han descubierto muchos más satélites orbitando los planetas gigantes, algunos de los cuales son aún más pequeños. Por otra parte y como veremos más adelante, estas sondas espaciales han descubierto satélites realmente diminutos, aunque no en torno a planetas, sino en torno a asteroides, como el caso del satélite Dáctil (figura 63), de apenas una milla de diámetro, girando en torno al asteroide Ida.
En cuanto a cantidad de satélites por planeta, la Luna es el único satélite de la Tierra y Júpiter cuenta el “record” absoluto de sesenta y tres satélites (reconocidos hasta ahora -año 2.005-). La mayoría de ellos son pequeñísimos, fueron descubiertos por las últimas sondas espaciales y aún no tienen nombre. Además de la Luna, el satélite planetario más conocido es el ya mencionado Ganímedes, quien. Este, junto con Io (figuras 64 y 65, Europa (figura 66) y Calixto, fueron descubiertos por Galileo y por ello se los conoce como Satélites de Galileo, o "galileanos." Otro de los satélites de Júpiter con nombre propio es Amaltea. Los demás satélites “tradicionales” de Júpiter son identificados por los números romanos VI a XII.
Saturno tiene treinta satélites con nombre propio, más uno descubierto el año pasado (2.003), aún sin nombre. Los más conocidos, por más antiguos, son: Jano, Mimas (figura 67), Encelado (figura 68), Tetis, Dione, Rhea, Titán, Temis, Hiperion, Japeto (figura 69) y Foebe (figura 70). Este último, de apenas 220 Km. de diámetro, fue recientemente fotografiado por la sonda espacial Cassini. Se estima que este puede haber sido un cometa del cinturón de cometas denominado Kuiper, ubicado más allá de Neptuno, capturado gravitatoriamente por este planeta en una de los pasajes del mismo por sus cercanías.
Urano por su parte tiene veintiún satélites con nombre propio y seis aún sin nombre. De ellos, los conocidos desde antiguo y por ello de nombre más familiar, son: Miranda (figura 71), Ariel, Umbriel y Oberón.
Neptuno tiene 13 satélites conocidos. A los dos clásicos, Tritón (figura 72) y Nereida, se le suman 6 descubiertos posteriormente, más cuatro descubiertos en el 2.002 y 1 descubierto en el 2.003. Por último Plutón, para el que hasta hace muy poco tiempo no se conocían satélites, ahora se ha encontrado un par de pequeños cuerpos en órbita a su alrededor, a uno de los cuales se ha llamado Charo, Charon, o Caronte (figura 44) (Con posterioridad a la confección de estos apuntes, fueron descubiertos dos satélites más, orbitando alrededor de Plutón)
Como mencionamos en párrafos previos, recientemente se ha conocido que la existencia de satélites no es exclusiva de los planetas. Cuando hace relativamente poco tiempo, la nave espacial Galileo pasó cerca del cinturón de asteroides existente entre Marte y Júpiter (ver punto siguiente), apareció la sorpresa: una magnífica fotografía del asteroide Ida, mostraba una pequeñísima luna (figura 63) a la que se llamó Dactil(3), orbitando a su alrededor. Luego de ello se descubrieron otros asteroides que también poseen sus respectivas pequeñas “lunas.”
Los satélites pequeños, como los de Marte, tienen forma muy irregular (2) y su superficie está totalmente impactada por meteoritos, como puede verse en Phoebe (figura 70) y en la mayoría de los asteroides (figura 63). Los satélites mayores, como la Luna, Ganímedes y Titán, tienen forma más o menos esférica como los planetas. Los dos últimos parecen presentar su superficie cubierta de escarcha. A propósito, sobre Titán existen pruebas de que posee atmósfera y es probable que también la tengan Ganímedes y Calixto, otro de los grandes satélites de Júpiter.
---------- 0 ----------
(1) Este capítulo fue escrito y corregido en el año 2.003, con algunas correcciones en el año 2.005. En esos momentos hubo descubrimientos astronómicos extremadamente importantes, que no fueron incluidos acá. En el año 2.003 se descubrió Eris; dos años despues se descubrieron Haumea y luego se descubrió Makemake. Todos ellos son de tamaños similares, o poco menores que Plutón, y sus órbitas se encuentran más alejadas del Sol que neptuno. Con posterioridad, la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional (UAI) celebrada en Praga el 24 de agosto de 2006 creó una nueva categoría llamada plutoide. Y más recientemente se creó la categoría de Planetas Enanos, para a estos cuatro cuerpos menores del Sistema Solar.
(2) A tal punto que hace poco más de cuatro décadas, algún trasnochado postuló que estos eran satélites artificiales hechos por extraterrestres.
(3) Ida y Dactil son nombres provenientes de la mitología griega, en la cual aparecen vinculados entre sí.
(2) A tal punto que hace poco más de cuatro décadas, algún trasnochado postuló que estos eran satélites artificiales hechos por extraterrestres.
(3) Ida y Dactil son nombres provenientes de la mitología griega, en la cual aparecen vinculados entre sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario