Sabugal (Portugal) J.L. Nobre |
CAPÍTULO 1 (e)
DINÁMICA DEL PAISAJE
Luego de presentado el concepto de paisaje, trataremos de explicar como es su dinámica. La mayoría de las personas, aún quienes conviven e integran algún paisaje natural, o quienes habitualmente los frecuentan, suelen considerar a éstos como si fuesen fijos e inmutables. Quizá ello se deba a que usualmente los paisajes aparecen como telón de fondo de los acontecimientos humanos. Por ejemplo, el simple hecho de avanzar por una ruta hace que el conjunto del paisaje (lomas; sierras; lagunas; arboledas; etc.), continuamente vaya quedando atrás, supuestamente quieto. Quizá cuanto más frecuentemente transitemos por un camino determinado, más nos parecerán fijos e invariables algunos de esos elementos; en particular aquellos pertenecientes a la morfología (cerros, lomas, cursos de agua, lagos, etc.) de ese paisaje.
Sin embargo, por ser el resultado de los poderosos procesos energéticos ocurridos en el ámbito de las esferas geográficas (esferas componentes del Sistema Exógeno Terrestre: Litosfera, Atmósfera, Hidrosfera, Biosfera y Tecnósfera(17), a las cuales describiremos en un capítulo posterior), los paisajes solo están quietos en apariencia. Contrariando tal apariencia, los paisajes representan una interfase múltiple, o un “sistema de interacciones” (González Bernáldez, 1.981) en el cual las mencionadas esferas geográficas mantienen una permanente diversidad de estados de equilibrio metaestable y muy dinámico, estando por ello en evolución continua e irreversible a través del tiempo cronológico.
No obstante, la manifestación de tales cambios suele ser lo suficientemente lenta como para escapar a la percepción de las personas no habituadas a un paisaje particular(18.) Pero cualquier paisaje, aún aquél que pudiera parecer tan inmutable como una montaña, siempre será un resultado transitorio, temporario, o temporalmente finito, hablando en términos cronológicos de evolución cosmogónica; o simplemente hablando en términos de años cósmicos (lapso próximo a los 220 millones de años, durante el cual el sistema solar da un giro completo en su órbita dentro de la galaxia, como veremos en el capítulo siguiente).
Inclusive en la reducida escala cronológica de las vidas humanas, si también se reduce adecuadamente la escala volumétrica de observación, podrá verse que cada paisaje aparentemente inmutable, se encuentra en continuo cambio. En estas nuevas escalas de observación podrá verse que en todo momento existe una continua transferencia de materia y de energía entre cada uno de sus componentes orgánicos e inorgánicos.
Tal transferencia ocurre a través de una amplísima y compleja gama de procesos físicos, químicos y biológicos. Procesos que en conjunto pueden ser denominados procesos biogeoquímicos o procesos ambientales. Ellos dan lugar al funcionamiento o fisiología del paisaje (González Bernáldez, 1.981); o a la geoquímica del paisaje de Polynov (1.956; ver González Bernaldez, 1.981). Funcionamiento que por su parte dará lugar al surgimiento de las geoformas características de cada paisaje, en lo que también podríamos llamar con justeza, la Termodinámica del Paisaje.
En este punto indicaremos que nos parece por demás interesante la propuesta presentada por Ferrari Bono (1.993, p.187) para considerar a las cuencas hidrográficas como “...unidades funcionales de estudios ambientales.” Porque en la fisiología del paisaje y en las geoformas resultantes, el agua juega un rol determinante. Gran parte de la transferencia de materia y de energía que ocurre en los paisajes en función de esos procesos biogeoquímicos, lo hace en íntimo vínculo con el ciclo hidrológico, siguiendo el sentido del escurrimiento del agua superficial y subterránea.
Con salvedades menores, consideramos muy atinado que cualquier avance en pos de realizar verdaderos estudios integrados de los ambientes, se trabaje sobre la mencionada propuesta de Ferrari Bono (1.993.) En particular para aplicarla en mesoescala y a nivel de subcuencas, o de tributarios de las cuencas hidrográficas mayores, porque en estas subcuencas “...se pueden identificar y hasta cuantificar una serie de balances comenzando por el balance del ciclo hidrológico...” (Ferrari Bono, 1.993, p.193.)
Sigue Capítulo 2
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(17) Riabchikov (1.976), al conjunto de las esferas constituyentes de la parte exterior del planeta lo llamó Esfera Geográfica, o Capa de Formación de los Paisajes.
(18) Salvo en los casos de catástrofes naturales como erupciones volcánicas, sismos, inundaciones o sequías, los cambios abruptos, rápidos del paisaje están de algún modo vinculados al accionar humano. Unas veces por uso inadecuado, o por exceso de uso de un recurso ambiental; otras por cambios en esa utilización y también por abandono del recurso a los procesos naturales.
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