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lunes, 18 de octubre de 2010

--- CAPÍTULO 4 (b)

CAPÍTULO 4 (b)
Zonalidad Latitudinal
del Sistema Exógeno Terrestre (SET)


Subsistemas Climáticos
Mundiales

Cada Subsistema Latitudinal (Zona Climática) del SET, de acuerdo a lo que vimos al inicio de este capítulo, se caracteriza de acuerdo a su régimen hidrotérmico(1). En general, la temperatura está condicionada por la cantidad de Energía Radiante Solar (ERS) que recibe directamente cada subsistema latitudinal; salvo algunos casos como el visto para la región litoral europea, donde la redistribución de ERS alóctona aportada por la hidrosfera (corriente del Golfo - figuras 87 y 88) a la atmósfera, incide de modo fundamental.
Por su parte, el régimen hídrico está condicionado esencialmente por la circulación atmosférica, de la cual dependen las precipitaciones en cada subsistema latitudinal. Todo el tema está muy bien desarrollado en la obra de Riabchikov (1.976), ya mencionada en varias oportunidades.

Subsistema Ecuatorial

El subsistema Ecuatorial (figura 98) es único y se extiende unos cinco grados de latitud a ambos lados del Ecuador. Dada esa posición latitudinal, en el mismo ingresa gran cantidad de ERS a lo largo de todo el año. Este ingreso alcanza magnitudes que oscilan entre 73 y 80 kilocalorías por centímetro cuadrado, por año (en adelante: Kcal./cm2.año).
Por tal razón en este subsistema no existen marcados cambios estacionales de humedad y de temperatura . Y por ello, los procesos biogeoquímicos son allí muy intensos durante todo el año. Esto origina una potente corteza de meteorización en la porción superior de la litosfera, la cual puede sobrepasar los 500 metros de profundidad.
La productividad anual de biomasa en este caso supera las 40 ton/Ha en peso seco. En tales condiciones biogeoquímicas, la mineralización de la materia orgánica muerta es muy rápida. Debido a la relativamente abundante disponibilidad de humedad, existe intenso lavado de los suelos, con arrastre de sus sales solubles. De ese modo los suelos se enriquecen en compuestos no solubles, formándose depósitos con abundante hierro y aluminio (lateritas, suelos ferralíticos - figuras 99 y 100 - y depósitos bauxíticos) en lugares bien drenados; o ciénagas y pantanos en lugares mal drenados.

Subsistemas Subecuatoriales

Hacia mayores latitudes y a ambos lados del subsistema Ecuatorial, los demás subsistemas se desarrollan simétricamente en cada hemisferio. Los subsistemas Subecuatoriales (figura 101) se desarrollan contiguos al subsistema Ecuatorial, cubriendo desde los 5º a los 10º de latitud. El ingreso de ERS en ellas también ocurre con intensidad durante prácticamente todo el año, alcanzando magnitudes oscilantes entre 70 y 75 Kcal./cm2.año.
Pero dentro de estos subsistemas climáticos existen regiones con notables diferencias en el aporte de humedad, de acuerdo a su ubicación con respecto a la circulación atmosférica dominante. Así, clásicamente se los ha dividido en dos regiones: Región de Bosques Monzónicos y Región de Sabanas. En ambas regiones existe una temporada anual seca y otra húmeda. Pero en la Región de los Bosques Monzónicos la temporada húmeda es más prolongada que la seca, y viceversa.
En el hemisferio de verano domina el aire húmedo (monzones) y en el hemisferio de invierno domina el aire seco tropical (alisios). De ese modo, dado que las diferencias térmicas no son notables respecto del subsistema Ecuatorial, los procesos biogeoquímicos tienen un ritmo estacional vinculado al régimen hídrico. En ambos casos los suelos varían dentro de las distintas gamas de las lateritas.

Subsistemas Tropicales

Los subsistemas climáticos Tropicales (figura 102) flanquean a los anteriores hacia mayores latitudes sobre ambos hemisferios. Se desarrollan desde los 10º hasta los 25º de latitud. En ellos también es relativamente elevada la cantidad de ERS que ingresa y al igual que en los previos, lo hace con bastante regularidad a lo largo de todo el año, alcanzando valores entre 60 y 70 kcal./cm2.año. En general y pese a esa gran cantidad de ERS recibida, estos subsistemas y parte de los adyacentes hacia latitudes mayores (subsistemas Subtropicales) son de alta presión atmosférica en relación a los subsistemas Subecuatoriales y el Ecuatorial, aún más cálidos.
Ello hace que sean subsistemas de exclusiva emisión de vientos en superficie y que prácticamente sólo reciban aire desde la estratosfera. Ese aire estratosférico es muy seco, pues al ascender en los subsistemas Subecuatoriales y Ecuatorial se enfría, condensando y precipitando su humedad inicial. De ese modo el aire recibido desde la estratosfera es extremadamente seco.
Precisamente los grandes desiertos del mundo (figura 103) se encuentran en estos Subsistemas Tropicales y Subtropicales. Entre ellos se encuentran los grandes desiertos africanos (Sahara en el Hemisferio Norte y Kalahari en el Hemisferio Sur), americanos (Nevada, Colorado, California, etc. en el Norte; la Puna en el Sur), asiáticos (Gobi) y australianos.
Aquí, pese a la gran entrada de ERS, la falta de humedad condiciona una mínima producción de biomasa y la corteza de intemperismo es mínima. Predominan los procesos de meteorización física (térmicos, eólicos) sobre los procesos químicos y bioquímicos. Entre los procesos físicos son importantes los efectos de los torrentes episódicos durante lluvias esporádicas.
Obviamente, en estos subsistemas son característicos los paisajes desérticos y semi desérticos, salvo en la porción oriental de los continentes, en las cuales lo vientos húmedos de procedencia oceánica (vientos de tipo monzónico), pueden condicionar la existencia de bosques. La falta general de cobertura vegetal condiciona la existencia de un albedo elevado. De ese modo, de la importante cantidad de ERS ingresante a estos subsistemas, sólo una parte pequeña es aprovechada efectivamente por sus procesos.

Subsistemas Subtropicales

Los Subsistemas Subtropicales (figura 104) se desarrollan entre los 25º y 35º de latitud y tienen un importante ingreso anual de ERS, oscilante entre 50 y 60 Kcal./cm2. año. Debido a que en parte están influenciados por los anticiclones emplazados sobre las zonas tropicales, en estos subsistemas también hay gran desarrollo de regiones desérticas. De todos modos, en una parte importante de ellos domina la influencia monzónica, por lo que también aquí se desarrollan bosques monzónicos.
Los suelos varían entonces de acuerdo a las precipitaciones. En los bosques monzónicos predominan suelos rojos y amarillos y en los desiertos los suelos grises y castaño grisáceos. En este último caso, la falta de agua produce fenómenos semejantes a los descriptos para los desiertos tropicales. 
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(1) Esto es, por sus características de humedad y de temperatura.

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