GEOFORMAS DE MACROESCALA:
UNIDADES MORFOESTRUCTURALES
Dedicado a: Dr. Pablo Groeber
Fotografía satelital: Andes
Índice del Capítulo 7
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INTRODUCCIÓN
UNIDADES MORFOESTRUCTURALES
Dedicado a: Dr. Pablo Groeber
Fotografía satelital: Andes
de la Puna - (NASA)
“…En una época en que las Ciencias de la Tierra sufren una verdadera revolución, debida a la teoría de la Tectónica de Placas, el estudio de las deformaciones de la corteza terrestre adquiere cada día más importancia.” M. Mattauer, en: “Las deformaciones de los materiales de la Corteza Terrestre” - 1.976 - Ed. Omega)
Índice del Capítulo 7
- Introducción
- Cordilleras modernas y Cordilleras antiguas
- - Plegamientos Alpinos
- - - Etapas de evolución de los plegamientos Alpinos
- - - - Etapa de Sedimentación
- - - - Etapas de compresión
- - - - Etapa de destrucción
- - Plegamientos Hercínicos
- - Plegamientos Caledónicos
- - Plegamientos Precámbricos
- - - Cadena Fini-Precámbrica
- - - Cadena de Greenville
- - - Cadenas más antiguas
- Unidades Morfoestructurales
- - Unidades Morfoestructurales de Argentina
- - Ejemplo de unidades morfoestructurales: Geomorfología de San Luís
- - - Planicie medanosa
- - - Depresión Oriental
- - - Sierra de San Luís
- - - Depresión Longitudinal Central
- - - Cordón de las Serranías Occidentales
- - - Depresión Occidental y ambiente de la cuenca Desaguadero-Salado
- Cordilleras modernas y Cordilleras antiguas
- - Plegamientos Alpinos
- - - Etapas de evolución de los plegamientos Alpinos
- - - - Etapa de Sedimentación
- - - - Etapas de compresión
- - - - Etapa de destrucción
- - Plegamientos Hercínicos
- - Plegamientos Caledónicos
- - Plegamientos Precámbricos
- - - Cadena Fini-Precámbrica
- - - Cadena de Greenville
- - - Cadenas más antiguas
- Unidades Morfoestructurales
- - Unidades Morfoestructurales de Argentina
- - Ejemplo de unidades morfoestructurales: Geomorfología de San Luís
- - - Planicie medanosa
- - - Depresión Oriental
- - - Sierra de San Luís
- - - Depresión Longitudinal Central
- - - Cordón de las Serranías Occidentales
- - - Depresión Occidental y ambiente de la cuenca Desaguadero-Salado
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INTRODUCCIÓN
En el capítulo 6 presentamos(1) las unidades geomorfológicas más grandes de la corteza terrestre, a las cuales por su escala continental definimos como megageoformas. Estas se originaron debido a la evolución de las placas litosféricas (o placas tectónicas). En este capítulo reduciremos el ámbito de percepción a una escala de mayor detalle, aunque aún de no tanto detalle como para individualizar a cada geoforma integrante de un paisaje.
Así veremos que dentro de cada continente podemos diferenciar distintos rasgos geomorfológicos de grandes dimensiones. Estas pueden ser regiones de montañas, frecuentemente separadas por regiones de llanuras; amplias regiones de mesetas; extensas llanuras en las cuales a veces pueden destacarse serranías. En fin, una cantidad de expresiones geomorfológicas diferenciables unas de otras, a veces alcanzando varios centenares de kilómetros de extensión.
A esas unidades geomorfológicas mayores las denominaremos Unidades Morfoestructurales (o Regiones Morfoestructurales, como también suelen llamarse.) A las mismas podemos definirlas como porciones importantes de la corteza terrestre, en las que la historia geológica ha sido la misma y la expresión morfológica de esa historia es relativamente homogénea.
Cuando decimos historia geológica, hacemos referencia a la suma de los procesos geológicos que caracterizaron la evolución geológica de esa región. De acuerdo a lo que vimos en el capítulo anterior cuando hablamos de Tectónica Global, las placas litosféricas que integran la corteza terrestre (figura 94), tienen actividad tectónica particularmente importante sobre sus bordes activos; o sea sobre sus bordes de avance y choque de unas contra otras. Y esa actividad tectónica, salvo cuando su energía se disipa en sismos o en volcanes, no es fácilmente perceptible.
En una aproximación inicial, la corteza terrestre da la impresión de ser muy estable. Pero generalmente esa suele ser una percepción errónea. Aún en regiones aparentemente estables, los relevamientos topográficos detallados suelen evidenciar deformaciones de la corteza terrestre que pueden alcanzar el orden de milímetros y hasta de centímetros por año. Estas deformaciones, hablando en términos de tiempo geológico, son importantísimas; porque, por ejemplo, un ascenso de un milímetro por año, en un millón de años significará un levantamiento de 1 kilómetro.
Estos movimientos han existido desde que la Tierra existe como planeta sólido, y han caracterizado la evolución de la corteza terrestre a lo largo de cada uno de los episodios de deriva continental y choque de placas que se han sucedido desde el Precámbrico. Como consecuencia de esos movimientos, los cuales durante algunos lapsos geológicos son más intensos que durante otros, en toda la extensión del planeta y en diferentes momentos, se han ido formando y destruyendo distintas cordilleras, como veremos seguidamente.
CORDILLERAS MODERNAS
Así veremos que dentro de cada continente podemos diferenciar distintos rasgos geomorfológicos de grandes dimensiones. Estas pueden ser regiones de montañas, frecuentemente separadas por regiones de llanuras; amplias regiones de mesetas; extensas llanuras en las cuales a veces pueden destacarse serranías. En fin, una cantidad de expresiones geomorfológicas diferenciables unas de otras, a veces alcanzando varios centenares de kilómetros de extensión.
A esas unidades geomorfológicas mayores las denominaremos Unidades Morfoestructurales (o Regiones Morfoestructurales, como también suelen llamarse.) A las mismas podemos definirlas como porciones importantes de la corteza terrestre, en las que la historia geológica ha sido la misma y la expresión morfológica de esa historia es relativamente homogénea.
Cuando decimos historia geológica, hacemos referencia a la suma de los procesos geológicos que caracterizaron la evolución geológica de esa región. De acuerdo a lo que vimos en el capítulo anterior cuando hablamos de Tectónica Global, las placas litosféricas que integran la corteza terrestre (figura 94), tienen actividad tectónica particularmente importante sobre sus bordes activos; o sea sobre sus bordes de avance y choque de unas contra otras. Y esa actividad tectónica, salvo cuando su energía se disipa en sismos o en volcanes, no es fácilmente perceptible.
En una aproximación inicial, la corteza terrestre da la impresión de ser muy estable. Pero generalmente esa suele ser una percepción errónea. Aún en regiones aparentemente estables, los relevamientos topográficos detallados suelen evidenciar deformaciones de la corteza terrestre que pueden alcanzar el orden de milímetros y hasta de centímetros por año. Estas deformaciones, hablando en términos de tiempo geológico, son importantísimas; porque, por ejemplo, un ascenso de un milímetro por año, en un millón de años significará un levantamiento de 1 kilómetro.
Estos movimientos han existido desde que la Tierra existe como planeta sólido, y han caracterizado la evolución de la corteza terrestre a lo largo de cada uno de los episodios de deriva continental y choque de placas que se han sucedido desde el Precámbrico. Como consecuencia de esos movimientos, los cuales durante algunos lapsos geológicos son más intensos que durante otros, en toda la extensión del planeta y en diferentes momentos, se han ido formando y destruyendo distintas cordilleras, como veremos seguidamente.
CORDILLERAS MODERNAS
Y CORDILLERAS ANTIGUAS
Las cordilleras presentes sobre los bordes de choque de las actuales placas continentales, comenzaron a levantarse durante el Terciario y se las conoce como cordilleras de Tipo Alpino (figura 7-1), como veremos. Pero con anterioridad, existieron otros episodios de plegamiento, los que en su momento también generaron importantes cordilleras. Estas se formaron en varias oportunidades durante la historia geológica del planeta (o al menos durante los últimos 3.000 millones de años).
Los procesos que originaron esos plegamientos no ocurrieron de modo continuo, sino que acaecieron durante determinados episodios caracterizados por dominancia de fuerzas compresivas. Teniendo en cuenta las cadenas originadas durante el Precámbrico, existiría por lo menos una docena de cadenas de desarrollo mundial.
Plegamientos Alpinos
Llamamos plegamientos Alpinos, a los ocurridos en los últimos 200 millones de años y en algunos casos, en los últimos 100 millones de años. Los mismos aparecen sobre algunas de las actuales placas corticales (figura 7-1). En esa escala aparecen dos grandes cadenas:
* Cadenas peri-pacíficas (figura 7-2), ubicadas en los bordes de choque de placas continentales con placas oceánicas.
* Cadenas mesógenas, ubicadas en áreas de choque de dos placas continentales, en sus dos variables principales:
a) Hundimiento de una placa bajo la otra (caso del Himalaya).
b) “Aplastamiento” o plegamiento más o menos simétrico de los bordes de choque de ambas placas continentales.
Ello permitiría clasificar las cordilleras en peri-oceánicas y bi-continentales. Aunque tal clasificación solo sirve para emplearse a escala global. En escalas menores, del orden de miles de Km., pueden hacerse algunas diferenciaciones adicionales. Por ejemplo, en el caso de las cadenas peri-oceánicas, estas diferenciaciones están vinculadas al modo de hundimiento de la corteza oceánica. Porque este hundimiento no ocurre de la misma manera en el choque de la placa Pacífica con América (donde se generan los Andes), comparado con el choque con la placa Indica (donde se generan varios arcos de islas). No obstante, todas las cadenas peri-oceánicas están vinculadas a fosas oceánicas muy profundas, debido a su relación con las zonas de subducción.
En el caso de las cadenas bi-continentales y también en escalas de miles de Km., la compresión se resuelve en una serie de zonas plegadas y sin plegar. Así aparecen cadenas intra-continentales como los Pirineos (figura 7-3), entre España y Francia, y Tien Shan (esta última en China, Kazajstán y Kirgistán). En otras partes, entre las cadenas pueden aparecer zonas oceánicas menores como el Mediterráneo.
Por último aparecen también cadenas bi-continentales mucho más complejas, como las Béticas sobre la costa sur de España (figura 7-3); los Cárpatos, sobre el este europeo; o el enlace entre las cadenas del Himalaya y la Birmana. Eso permite inferir que en estos casos el origen no ha sido el simple choque de dos placas, sino que es posible distinguir toda una serie de placas menores, o secundarias, con desplazamientos diferenciales que han complicado la dirección de los movimientos compresivos. En suma, en el caso de las cadenas bi-continentales, los movimientos del manto han sido mucho más complejos que en el caso de las cadenas peri-oceánicas.
Etapas de evolución de los plegamientos Alpinos
La evolución de los plegamientos Alpinos (y de todos los otros plegamientos que hubo sobre la superficie del planeta), ocurrió en varias etapas que se sucedieron a lo largo de un prolongado tiempo geológico. Cada una comenzó con una prolongada etapa de sedimentación, prosiguió con una etapa de compresión y levantamiento y finalizó con una etapa de destrucción.
Etapa de Sedimentación. Ocurre durante largo tiempo (puede haber sido superior a 100 millones de años), a veces acumulándose más de 10 Km. de espesor de sedimentos en una cuenca formada por distensión, sobre una placa continental. Frecuentemente esta cuenca de distensión es tan importante, que da lugar a la formación de un océano. Esta cuenca es de gran dimensión y tiene el aspecto de un enorme sinclinal de sedimentos, por lo cual se la denomina geosinclinal. Este nombre perdura desde antes de ser aceptada la deriva continental.
Etapas de compresión. Generalmente la compresión ocurre en varias etapas, o fases. Cada una genera el plegamiento de una parte de la cuenca sedimentaria. Durante su ocurrencia, los sedimentos del geosinclinal, además de plegarse, ascienden convirtiéndose en una zona elevada. Su duración es relativamente breve, comparada con la duración de la sedimentación y dura unos 10 millones de años. Como cada fase de compresión no afecta a toda la cadena, es frecuente que una parte de la misma se esté plegando, mientras en otra parte prosiga la sedimentación.
Luego de cada fase de compresión y más raramente durante las mismas fases, es frecuente la actividad magmática, generando cuerpos intrusivos. Asimismo suele existir metamorfismo. A veces puede medirse el acortamiento de la corteza terrestre debido a las fuerzas compresivas, el cual puede alcanzar centenares de Km. Se ha demostrado que el valor del acortamiento producido por el plegamiento, es muy inferior al desplazamiento de las placas que lo originaron. Mattauer menciona casos de 100 km. de acortamiento de la corteza terrestre por plegamiento; pero para ello las placas se han desplazado 1000 Km.; de allí concluye que han desaparecido 900 Km. de corteza durante el proceso de subducción.
Etapa de destrucción. Muy pronto las elevaciones que aparecen durante la etapa de plegamiento, son atacadas por meteorización y erosión y en superficie van apareciendo rocas que se han deformado cada vez a mayores profundidades. Por su parte la descarga de peso que significa la pérdida de sedimentos por erosión, genera una elevación suplementaria por ajuste isostático, la cual retroalimenta los procesos erosivos.
Continua...
Las cordilleras presentes sobre los bordes de choque de las actuales placas continentales, comenzaron a levantarse durante el Terciario y se las conoce como cordilleras de Tipo Alpino (figura 7-1), como veremos. Pero con anterioridad, existieron otros episodios de plegamiento, los que en su momento también generaron importantes cordilleras. Estas se formaron en varias oportunidades durante la historia geológica del planeta (o al menos durante los últimos 3.000 millones de años).
Los procesos que originaron esos plegamientos no ocurrieron de modo continuo, sino que acaecieron durante determinados episodios caracterizados por dominancia de fuerzas compresivas. Teniendo en cuenta las cadenas originadas durante el Precámbrico, existiría por lo menos una docena de cadenas de desarrollo mundial.
Plegamientos Alpinos
Llamamos plegamientos Alpinos, a los ocurridos en los últimos 200 millones de años y en algunos casos, en los últimos 100 millones de años. Los mismos aparecen sobre algunas de las actuales placas corticales (figura 7-1). En esa escala aparecen dos grandes cadenas:
* Cadenas peri-pacíficas (figura 7-2), ubicadas en los bordes de choque de placas continentales con placas oceánicas.
* Cadenas mesógenas, ubicadas en áreas de choque de dos placas continentales, en sus dos variables principales:
a) Hundimiento de una placa bajo la otra (caso del Himalaya).
b) “Aplastamiento” o plegamiento más o menos simétrico de los bordes de choque de ambas placas continentales.
Ello permitiría clasificar las cordilleras en peri-oceánicas y bi-continentales. Aunque tal clasificación solo sirve para emplearse a escala global. En escalas menores, del orden de miles de Km., pueden hacerse algunas diferenciaciones adicionales. Por ejemplo, en el caso de las cadenas peri-oceánicas, estas diferenciaciones están vinculadas al modo de hundimiento de la corteza oceánica. Porque este hundimiento no ocurre de la misma manera en el choque de la placa Pacífica con América (donde se generan los Andes), comparado con el choque con la placa Indica (donde se generan varios arcos de islas). No obstante, todas las cadenas peri-oceánicas están vinculadas a fosas oceánicas muy profundas, debido a su relación con las zonas de subducción.
En el caso de las cadenas bi-continentales y también en escalas de miles de Km., la compresión se resuelve en una serie de zonas plegadas y sin plegar. Así aparecen cadenas intra-continentales como los Pirineos (figura 7-3), entre España y Francia, y Tien Shan (esta última en China, Kazajstán y Kirgistán). En otras partes, entre las cadenas pueden aparecer zonas oceánicas menores como el Mediterráneo.
Por último aparecen también cadenas bi-continentales mucho más complejas, como las Béticas sobre la costa sur de España (figura 7-3); los Cárpatos, sobre el este europeo; o el enlace entre las cadenas del Himalaya y la Birmana. Eso permite inferir que en estos casos el origen no ha sido el simple choque de dos placas, sino que es posible distinguir toda una serie de placas menores, o secundarias, con desplazamientos diferenciales que han complicado la dirección de los movimientos compresivos. En suma, en el caso de las cadenas bi-continentales, los movimientos del manto han sido mucho más complejos que en el caso de las cadenas peri-oceánicas.
Etapas de evolución de los plegamientos Alpinos
La evolución de los plegamientos Alpinos (y de todos los otros plegamientos que hubo sobre la superficie del planeta), ocurrió en varias etapas que se sucedieron a lo largo de un prolongado tiempo geológico. Cada una comenzó con una prolongada etapa de sedimentación, prosiguió con una etapa de compresión y levantamiento y finalizó con una etapa de destrucción.
Etapa de Sedimentación. Ocurre durante largo tiempo (puede haber sido superior a 100 millones de años), a veces acumulándose más de 10 Km. de espesor de sedimentos en una cuenca formada por distensión, sobre una placa continental. Frecuentemente esta cuenca de distensión es tan importante, que da lugar a la formación de un océano. Esta cuenca es de gran dimensión y tiene el aspecto de un enorme sinclinal de sedimentos, por lo cual se la denomina geosinclinal. Este nombre perdura desde antes de ser aceptada la deriva continental.
Etapas de compresión. Generalmente la compresión ocurre en varias etapas, o fases. Cada una genera el plegamiento de una parte de la cuenca sedimentaria. Durante su ocurrencia, los sedimentos del geosinclinal, además de plegarse, ascienden convirtiéndose en una zona elevada. Su duración es relativamente breve, comparada con la duración de la sedimentación y dura unos 10 millones de años. Como cada fase de compresión no afecta a toda la cadena, es frecuente que una parte de la misma se esté plegando, mientras en otra parte prosiga la sedimentación.
Luego de cada fase de compresión y más raramente durante las mismas fases, es frecuente la actividad magmática, generando cuerpos intrusivos. Asimismo suele existir metamorfismo. A veces puede medirse el acortamiento de la corteza terrestre debido a las fuerzas compresivas, el cual puede alcanzar centenares de Km. Se ha demostrado que el valor del acortamiento producido por el plegamiento, es muy inferior al desplazamiento de las placas que lo originaron. Mattauer menciona casos de 100 km. de acortamiento de la corteza terrestre por plegamiento; pero para ello las placas se han desplazado 1000 Km.; de allí concluye que han desaparecido 900 Km. de corteza durante el proceso de subducción.
Etapa de destrucción. Muy pronto las elevaciones que aparecen durante la etapa de plegamiento, son atacadas por meteorización y erosión y en superficie van apareciendo rocas que se han deformado cada vez a mayores profundidades. Por su parte la descarga de peso que significa la pérdida de sedimentos por erosión, genera una elevación suplementaria por ajuste isostático, la cual retroalimenta los procesos erosivos.
Continua...
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(1) Los capítulos 5 y 6 están en proceso de edición de detalle. Para no perder continuidad con la labor en el Grupo, proseguimos con el Capítulo 7, el cual está editado. Gracias!
Hola Miguel, tanto tiempo. ¿Cuando vas a subir los capítulos 5 y 6? Saludos
ResponderEliminarHola Miguel, tanto tiempo. ¿Cuando vas a subir los capítulos 5 y 6? Saludos
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