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sábado, 16 de octubre de 2010

--- CAPÍTULO 4 (a)

CAPÍTULO 4 (a)
DINAMICA MORFOGENÉTICA

Dedicado a: xxx

El Clima planetario y su acción modeladora del relieve terrestre
Zonalidad de los procesos climaticos actuales
Introducción

En el capítulo anterior pasamos rápida revista a las variables conjugadas sobre los componentes del Sistema Exógeno Terrestre (SET), para modular el clima a lo largo del tiempo geológico. Ahora analizaremos el estado actual del SET en función de las diferentes latitudes del planeta, en lo que pueden considerarse como subsistemas latitudinales del mismo.
Con ello podremos interpretar la dinámica de cada subsistema ambiental de la Tierra y podremos inferir que tipo de condiciones son las más probables de regir los procesos morfogenéticos en cada uno de ellos. Luego y por analogía, la interpretación de tales procesos nos permitirá interpretar cuáles pudieron ser los procesos morfogenéticos que controlaron la evolución de las geoformas que encontremos en cualquier lugar del planeta.
Esto será fundamentalmente válido para las geoformas del Período Cuaternario. El límite cronológico para el inicio del Cuaternario se estableció convencionalmente en 1,8 x 10 a la 6 años. (un millón ochocientos mil años). Con el desarrollo de nuevos estudios, este límite se ha llevado hasta alrededor de 2,8 x 10 a la 6 años (dos millones, ochocientos mil años). Dada esa duración relativamente corta, hablando siempre en tiempos geológicos, y según la velocidad conocida para la deriva de las placas continentales, podemos estimar que la posición de estas no ha cambiado sustancialmente durante ese lapso.
En los inicios del Cuaternario, Sudamérica podría haber estado entre algunas decenas y poco más de cien Km. más cerca de África, (figuras 93 y 94). Esto no implica diferencias sustanciales respecto al modelo actual de circulación oceánica y atmosférica. Por tal razón, las variables más importantes incidiendo sobre la Energía Radiante Solar (ERS) recibida por el SET, e incidiendo en la redistribución de esa energía, han debido ser las de origen astronómico: la actividad solar (figura 95) y las  variables planetarias estudiadas por Milutin Milankovic (figura 96). Precisamente estas últimas son las que originan la actual zonalidad latitudinal de los procesos climáticos. Y son las que desde el Cenozoico medio, han regido la repetición cíclica de episodios fríos (glaciales) y templado/cálidos (interglaciales), como se explicó previamente.
Dada la inclinación que tiene el eje de rotación terrestre respecto al plano de la eclíptica(1), a lo largo del año ocurren notables diferencias inter hemisféricas de insolación (figura 97). Tales
diferencias producen cambios anuales también notables en la dinámica ambiental, desde zonas subtropicales hasta zonas polares. Esos cambios generan situaciones conocidas como estaciones: el hemisferio que en un momento dado recibe la ERS con mayor ángulo de incidencia respecto a la horizontal, se encuentra en verano y viceversa.
En la franja existente desde el Ecuador hasta los trópicos, durante todo el año la ERS incide con alto ángulo; por ello la cantidad de ERS recibida en ella es siempre elevada. Hacia latitudes mayores ese ángulo disminuye paulatinamente, disminuyendo en consecuencia la cantidad de ERS que ingresa al SET. Eso motiva la existencia de zonas con diferente magnitud de insolación, envolviendo al planeta latudinalmente a modo de fajas.
En esas zonas, la cantidad de ERS entregada al SET se mantiene dentro de límites más o menos semejantes, conformando subsistemas latitudinales, los que a su vez integran el sistema  mayor que previamente definimos como SET. Esos subsistemas constituyen lo que acá denominaremos zonas climáticas: Ecuatorial, Subecuatoriales, Tropicales, Subtropicales, Templadas, Subpolares y Polares. La primera es única, mientras que las demás se suceden simétricamente a pares en ambos hemisferios.
En las próximas entradas al blog, esbozaremos los caracteres más relevantes de cada zona climática. Los límites entre cada una de ellas no son tan simples ni tienen un desarrollo latitudinal tan definido como el que presentamos acá, pues sobre ellos inciden distintos factores geográficos tales como la diferente altitud de las áreas continentales y la circulación atmosférica y oceánica.
Por ejemplo y como ya vimos, en las costas europeas influenciadas por la Corriente del Golfo, los límites entre estas zonas climáticas se desplazan hacia latitudes mayores. Porque allí, además de la propia ERS recibida directamente sobre esas zonas climáticas, se recibe también la ERS alóctona, transportada desde el Caribe por esa corriente marina (figuras  87 y 88). Por tal razón, en la región europea influenciada por esa corriente marina el límite entre las zonas Templada y Polar se encuentra por encima de los 70º Norte. Si no fuese por ella, en condiciones normales debería hallarse entre los 50º y 60º Norte.
La dificultad de establecer los límites entre las zonas climáticas suele ser muy grande. Es por ello que en algunos casos puede ser conveniente reunir a más de una de esas zonas climáticas, o subsistemas, en lo que posteriormente definiremos como Megasistemas Ambientales. Verbigracia, el Megasistema Ambiental Sudamericano de Latitudes Medias (MASLM) definido para nuestras latitudes.
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(1) Plano que contiene a la órbita terrestre y de la mayoría de los planetas, según vimos en el capítulo 2.

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